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ORFANDAD DE LA MEJILLA

a Juan Bravo, mi abuelo

I

nostalgia de las nubes que anuncian la lluvia
trabajar en la uva o trabajar en la uva

la madre de las madres que regresa a reclamarnos las tablas
el terral es un viento cálido que lo arrasa todo
la imagen píxelada en la pantalla
revela el lugar donde las palabras animadas por las llamas
suspenden el horizonte
añorando a las migajas que aún quedan bajo el mantel

desangrado gota a gota
las hojas hacen algo que no podemos explicar
mientras la corriente dibuja la trayectoria de los astros
el otoño cierra los párpados

profanadas sus cenizas
el abuelo regresa a exigir el casamiento de los concubinos
pero el pasto ha crecido demasiado

el parpado enterrado emerge
como juguetes de niños
la mañana traía pedacitos
trozos de piernas esparcidas sobre el pasto
uñas pegadas a las alas de las moscas

edificamos desde los cerros la patria del labio
el relámpago como único regazo
como hijo de sí mismo

la yema de los dedos presiente su follaje
el trozo de pimiento finaliza la pira
la llanura inmolándose ante la rectitud de su destino

II
el sermón caliente del último vaso de vino
degollado por su propia madre
como el zumbido de todo lo que gime

la piscola automática apuntando a tu cabeza
cuando tenemos que encerrarnos en nuestras casas
agazapados con el cañón entre los dientes

todavía quedan moscas en la cocina
chillidos vendados de muerte
lenguas de sal

la mañana escupía pedacitos
torsos acribillados arrojados a la calle
magnolias daban a luz leoncitos bebes
escribíamos un poema sobre las tribulaciones del hambre ¿pero cómo terminarlo?

conseguimos recordar el lenguaje de los pájaros conteniendo la respiración
amigos que hablan de sus enfermedades o muestran fotos de cabro chico
seres ante cuyo paso el mar guarda silencio
donde no pudimos olvidar
el sepulcro palpita en la garganta

cansado de amaneceres
puse las palmas sobre las entrañas de la tierra
orfandad de la mejilla que nunca supo yacer
como la corteza violenta de los cardos.

 

HABITANTES DE UNA GALAXIA LEJANA LLAMADA PORVENIR

I
respirábamos porvenir en las micros
lo escribimos una y otra vez en las paredes
en los bolsillos de nuestras mochilas de mezclilla
teníamos 15 y envejecer era llegar a los 22
dibujábamos con barro las comisuras del rostro y las líneas de la mano
nunca mencionaste lugares comunes
sólo zapatillas marcando los territorios de San Ramón

con las conchitas que recogimos en el Quisco escribiste Porvenir sobre la arena
ser feliz era tener 500 pesos en el bolsillo
los adultos que se suicidan por arma de fuego
siempre se pegan un balazo en la cabeza

II
ofrecimos el corazón mariposa que los poetas llevan dentro
tus pezones no han sido amputados pero no importa
no han padecido los pequeños renaceres
de esta cajita de fósforos llamada Porvenir

transitan silencios sobre el césped recién cortado
mirando TV las niñas vomitan pastillas y futuros maternales

se tatuó en nuestra memoria como stickers de Barbie
pegados en los brazos de la Kata
como lobos meando a sus putas
jamás nos dejará partir como ese olor
que no se va aunque cambiemos las sábanas
shampoos baratos
cuyo aroma no lo quitamos aunque lavamos muchas veces el pelo

vidrios sedientos de tanto darle el pico
ingles que son lamidas por cachorritas de 11 años
bares cubiertos de poemas
prepararon un Tom Collins con las lágrimas del muchacho recién violado
y entregaron sus sueños a la noche

III
amé sólo lo herido
donde porvenires domesticados son ajusticiados
congregaste a las sombras sobre pantuflas de leoncitos bebes
grafitaste Porvenir en las micros y en las palabras del scrabbles
sobre cajas de vino y los maceteros de mi mamá
cubríamos de humedad la habitación
y sabíamos que escribir era inútil
o que sólo merecía la pena si uno está dispuesto a escribir como Bolaño

vergas de niños recién nacidos eclipsan las cadencias de la noche
balazos lejanos se oyen en Porvenir

amaneceres gastados
sólo la voz y el silencio permite habitarnos

poemas sobre el tablero de navegación
caligrafía recién nacida
las hormigas arañaban la puerta
sonidos de grillos mezclados con putas y marihuana
grafitábamos la ciudad gracias al copete místico que pudimos conseguir
porque sólo la conciencia nos habita y despoja
sólo el recuerdo
permite habitarnos.

GEOGRAFÍA DE LA MIRADA
en noches como esta las voces dejan de hablarle a mi cabeza
calman las ansias del caño que nunca llega
dibujando un corazón en la ventana

la arena como último refugio de la esperma
aire marino ajusticiando la orfandad de los peces
huesos despojados a la noche
leer lo no escrito como prueba de la existencia del hombre
lamidos impregnados en el metro

mugidos preparando la embestida
en la complicidad de la huella
siempre la ausencia o la carencia
calcetines huachos pulverizando los nombres de las cosas
cisnes degollados en la saliva de la noche

pesan las entrañas
y miro el cielo que desbordó a Teillier
es que hay botellas enamoradas de las estrellas
las cosas que amamos carecen de lenguaje

miramos en la TV la explotación del hombre y las líneas de la mano
pitos enrolados a las sombras
antepasados vagan aullando el silencio de las cosas

a la hora en que el pez se disloca en la profundidad del mar
el peso de la luz sobre labios hinchados
nos enseñó a no quemarse los ojos
a triturarlos contra toda clase de espejos

esa espina entre la transparencia de la vida y la transparencia de la muerte
el goteo persistente de su sangre
entre el fulgor y el éxtasis como vinimos y nos vamos
el crepitar de esa oquedad donde las zarzas temen
pájaros que aúllan y se parecen a la noche
apoyados en la baranda de la micro
dibujamos los tendones y el dorso de la mano
las vísceras santificaron los cardos
bajo el pimiento del patio aún quedan charcos de sangre
donde velamos los huesos la geografía de la mirada se impone

¿cómo una mano florece en la noche?
dónde tu sombra escribe deseo en las paredes
hay un algo que estremece detrás de las cortinas
cuántas veces el silencio se curvó en nuestros brazos
y regresaron los párpados a nuestras venas quemadas

profanadas las vertientes
el refugio
la geografía de la mirada se impone.

 

ATARDECERES AZULES

Para Patricia Arancibia

I
colores desbocan el horizonte
y viñedos preguntaban por el calor de las estrellas
sábanas que amarran los talones a la cama
cuando vomitan los baños del colegio
horizontes invocan san pedros octagonales

meando en las esquinas traicionamos el porvenir
polluelos arrojados a la llovizna
látigos bramando el amanecer

la caída de las hojas imita tu cadencia
bajo vitrinas vacías se posan los pájaros
tacones que suben el cosquilleo en el ascensor
y se los traga la noche que ilumina desde sus postes meados
el amanecer nos recibe con sus pezones azules
paty cae desnuda de crepúsculo

II
sudor asfixia encajes nocturnos
ancas de rana sacrificadas ante la geografía de tu mirada

a través de las pantallas
intenté tocar las estrellas pero los cables tenían gusanos
hay que huir
huir por las esquinas
y absorber con la lengua la tinta de los corales

las pieles de los niños ocultan rasguños
y cardos macerados en la saliva de la noche
postes blanconegros delimitan las esquinas
pero volveremos
devorando el plumaje de los pájaros.

 

Ilustración: Martin Wittfooth