Ramírez sale por las mañanas y regresa por las tardes. No tiene vida social. Nadie lo ha visto comer ni llegar a ningún sitio de trabajo. Siempre lleva la misma ropa: traje gris oscuro, zapatos de charol y sombrero negro”. Hasta este punto de sus notas, Horacio Kustos, a quien habíamos elegido como corresponsal, no encontraba demasiado interés en nuestro asunto.
Entonces Ramírez lo citó en su departamento, lo llevó hasta la sala y se disgregó; vale decir, se convirtió en todos nosotros;
Leer más