
Las piedras crujían bajo los zapatos de goma de Esther. La calle tenía más de dos años con el pavimento a medias. “El estado de México trabaja para ti”, rezaba […]
Leer másLas piedras crujían bajo los zapatos de goma de Esther. La calle tenía más de dos años con el pavimento a medias. “El estado de México trabaja para ti”, rezaba […]
Leer másPachuca es una ciudad que teme al olvido, su transitar es frio y cotidiano. Por las tardes, cuando el aire recorre las calles y agita consigo las ramas de los […]
Leer más¿Qué propone –o no propone– Xavier Velasco a la literatura mexicana? Es la pregunta esencial que nos ocupa. Con un estilo espontáneo, transgresor, no únicamente de las formas […]
Leer másUn día, entre unas matas, encontró un brazo humano cubierto de moscas. Lo rondó unos minutos para ver si no llevaba algún anillo. No se atrevió a ir a la policía por miedo a que lo culparan. Y es que a veces los agentes de la zona lo secuestran por algunas horas y lo golpean, nada más para divertirse un rato. Cuando pasan frente a su casa, a bordo de sus patrullas, se llevan las manos a la gorra y le gritan: “Vaya, loquito”.
Leer másY ahí estás, dormido. Puesta tu atención en tener los ojos cerrados y tu espalda sobre la cama: incómodo barco con agujeros en toda la cubierta. Quisieras despertar pero no […]
Leer másLa elección del cuento, Querido Jim,surge como un acto de asombro, pensando -en una primera lectura-, en Aura, esa mujer mágica y extraordinaria; o bien, La cena, de Alfonso Reyes, pero al pasar a la segunda lectura, todo fue mucho más claro, se trataba de la relación humana, sus requiebros, sus pulsiones, sus obsesiones, porque en Galindo, ya lo han dicho antes, el escritor “…supo como ningún otro de su generación, espiar el latido humano que se oculta en el alma.”
Leer más“¡Esa escuincla! ¡Es la tercera vez esta semana!”. Doña Lucinda intenta tranquilizar a su comadre: “déjela, ¿no ve que no tiene familia? A su mamá la entambaron lueguito que […]
Leer másEn la televisión, los comerciales que había entre un round y otro parecían durar más de un minuto, más de una hora; ya nada, ni los propios peleadores, valía tanto como la publicidad. Pero al parecer, eso, junto con otras tantas cosas, había cambiado en el boxeo desde que su hijo empezó a entrenar a los diez años. Al menos Marco lo recordaba así, que antes todo era más limpio, más dedicado al deporte mismo. Eso era lo malo de volverse profesional y famoso: a la gente se le olvidaba la verdadera esencia del deporte
Leer másSúbitamente mi cuerpo ha perdido, por completo casi, los juveniles vigores. Y tengo veinte años. Aposentado en un camastro que huele a medicina contemplo las constantes idas y venidas de enfermeras, contemplo andar por los pasillos de esta clínica a la muerte, como en su propio reino. Súbitamente me han dejado de interesar las películas, los libros de aventuras, de planes, de risa, de […]
Leer más—Los FANTASMAS SE APARECEN, los muertos nada más regresan —eso me dijo Lupillo, mientras exprimía una esponja. Siempre hay que creerle a un masajista. Es el único que dice la […]
Leer másRamírez sale por las mañanas y regresa por las tardes. No tiene vida social. Nadie lo ha visto comer ni llegar a ningún sitio de trabajo. Siempre lleva la misma ropa: traje gris oscuro, zapatos de charol y sombrero negro”. Hasta este punto de sus notas, Horacio Kustos, a quien habíamos elegido como corresponsal, no encontraba demasiado interés en nuestro asunto.
Entonces Ramírez lo citó en su departamento, lo llevó hasta la sala y se disgregó; vale decir, se convirtió en todos nosotros;
Leer másQuizá una mañana andando en un aire de vidrioárido, al voltear, veré ocurrir el milagro:la nada a mis espaldas, el vacío tras de mí,con el terror de un borracho.Eugenio Montale […]
Leer más—Pero si ya le he dicho, no sé cuántas veces, que hace varios días que rellené el dichoso formulario del que me habla, ese en que me piden los […]
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